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¿Te preguntas quiénes son realmente estos polifenoles o a qué se deben estos valores K? No te preocupes. Te daré un breve resumen aquí:

Polifenoles | Tu indicador de vitalidad (busca >= 250mg/kg)

Los polifenoles son los superhéroes del universo del aceite de oliva. Estas pequeñas potencias que se encuentran en las aceitunas no sólo luchan contra los traviesos radicales libres, sino que también dan a tu aceite su sabor inconfundible y su poder vital. Son, por así decirlo, los Robin Hood de la nutrición: le roban el protagonismo a las enfermedades y le ofrecen lo mejor para tu organismo. Así que si buscas un aceite que no sólo sea delicioso, sino que también potencie tus superpoderes, apuesta por los poderes secretos de los polifenoles.

Ay, ¡qué sabor más amargo!

El oleocanthal, un tipo especial de polifenol, es el responsable de las notas amargas y saladas de algunos aceites de oliva. El amargor está reconocido como una característica positiva en los aceites de oliva virgen extra de alta calidad y se considera un signo de frescura y riqueza cualitativa.

Acidez | Tu indicador de calidad de la cosecha (busca <= 0,8%)

Una acidez baja no sólo significa una experiencia de sabor agradable, sino también una calidad de primera clase. Los buenos aceites tienen una acidez tan baja que haría bailar hasta a un perezoso. Así pues, si buscas un aceite que no sólo deleite el paladar, sino que también sea una invitación VIP a la calidad, apuesta por la baja acidez: ¡la receta secreta de un aceite de oliva de primera clase!

Índice de peróxido | tu indicador de frescura (busca <= 20 meq O2/kg)

Un bajo contenido de peróxidos en el aceite de oliva es como el director secreto de su espectáculo culinario: en un segundo plano, ¡pero decisivo! Esta cifra baja no sólo indica que el aceite es fresco y estable, sino que también promete la máxima calidad. En los mejores aceites, el contenido de peróxido es tan bajo que hasta una tortuga se frenaría asombrada. Si un aceite de oliva se expone al aire o se almacena de forma inadecuada, pueden formarse peróxidos, lo que provoca un aumento del índice de peróxidos.

K232 | Tu indicador de caducidad (busca <= 2,50)

El K232 es como el detective del mundo del aceite de oliva: rastrea los sabores indeseados. Esta cifra nos indica el grado de frescura y ausencia de influencias nocivas en el aceite. Cuanto más bajo sea el K232, más suave será el sabor. Así que, si buscas un aceite de oliva que no tenga secretos para ti, confía en el imbatible detective K232: ¡no dejará escapar nada! Este valor aumenta, por ejemplo, si las aceitunas se almacenan durante días antes del prensado.

K270 | Tu indicador de frescura (busca <= 0,22)

El K270 es el guardaespaldas de la frescura de tu aceite de oliva: ¡lo defiende de cambios indeseados! Este número indica el grado de protección del aceite frente a la luz. Cuanto menor sea el K270, mayor será la frescura de tu aceite. Así que si quieres que tu aceite de oliva se mantenga en las mejores condiciones, ¡no pierdas de vista al valiente guardián llamado K270!

ΔK | Tu indicador de pureza (busca <= 0,01)

ΔK es como el director de orquesta del sabor de tu aceite de oliva: ¡garantiza una armonía perfecta! Este número proporciona información sobre lo equilibrados que están los distintos elementos de sabor. Cuanto más bajo sea el ΔK, más armonioso será el sabor. Así que si buscas un aceite de oliva que toque una sinfonía relajante en tu lengua, ¡presta atención al valor ΔK! Cuando se mezclan aceites de oliva de diferentes calidades, especialmente si se mezcla aceite de oliva virgen extra con otros aceites, el valor ΔK puede variar.